viernes, 24 de febrero de 2012

Marcha blanca, de Daniela Della Bruna

Madrugada blanca,
madrugada de llanura,
madrugada de espera.

Cantan aún algunos pájaros,
pero es invierno,
invierno de desencantos.

Un hombre grita,
en la noche llana,
un hombre grita, se une y marcha.

Marcha un hombre,
un hombre que estaba solo
y ya no aguanta.

No aguanta el hombre
su sola marcha blanca
y pide ayuda al alba.

Madrugada blanca,
madrugada pura,
madrugada santa,
bajo tu luz ingenua
se unieron los hombres
de mi raza.

Y marcharon juntos,
con la luna clara,
alzaron la voz rebelde
y renació su esperanza.
¡No siempre impondrá el tirano
su terrible danza helada!

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