viernes, 26 de diciembre de 2014

Irreparable, por Daniela Della Bruna

Irreparable

El acto que asesinó la espera se impuso
como un juguete nuevo para un niño roto.

Se terminó el umbral de miedos sucesivos,
la impredecible niebla en la garganta.

Sucumbieron todos los años como ríos,
todas las horas de fatiga,
de esperanzada aurora,
de desesperación,
de frío.

Y el hecho que rompe la noche
como se desangra un pájaro,
el hecho que libera,
que procrea,
que amamanta,

es sólo eso,
un soplo de arrojo para un hombre tieso,
una lluvia fresca en el dormido césped,

una infatigable marcha de libertad.

En El desplazamiento, 2013.

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