lunes, 16 de marzo de 2015

Un aprendizaje o el libro de los placeres, Clarice Lispector

Un aprendizaje o el libro de los placeres, de Clarice Lispector
La misma Lispector entrega esta novela con una aclaración interesante, "Este libro se pidió una libertad mayor que tuve miedo de dar (...)". Un aprendizaje... es una novela de búsquedas interiores, de autodescubrimiento y de encuentros con todos los cuerpos que depara el mundo. El propio cuerpo, el cuerpo del hombre, el mar, la lluvia, la remolacha sangrante del mercado. Es un libro experimental como toda la producción de la autora. Experimentación, búsqueda, sensibilidad y profundos interrogantes. Aquí un fragmento.
“Por un instante entonces despreciaba al propio humano y experimentaba el alma silenciosa de la vida animal.
Y estaba bien. “No entender” era tan vasto que sobrepasaba cualquier entender –entender era siempre limitado. Pero no entender no tenía fronteras y llevaba al infinito, a Dios. No era un no entender como el de un sencillo espíritu. Lo bueno era tener inteligencia y no entender. Era una bendición extraña como la de tener locura sin que fuera nociva. Era un desinterés manso en relación con las cosas dichas del intelecto, una dulzura de estupidez.
Pero de vez en cuando surgía la agitación insoportable: quería entender los suficiente para por lo menos tener más conciencia de eso que no entendía. Aunque en el fondo no quisiese comprender. Sabía que eso era imposible y todas las veces que había pensado que si había comprendido era por haber comprendido mal. Comprender era siempre un error –prefería la holgura tan amplia y libre y libre de errores que era no entender. No estaba bien, pero por lo menos se sabía que se estaba en plena condición humana.
Sin embargo a veces adivinaba. Eran manchas cósmicas que reemplazaban entender.”
(…)
“Ahí estaba el mar, la más ininteligible de las existencias no humanas. Y ahí estaba la mujer, de pie, el más ininteligible de los seres vivos. Como el ser humano había hecho un día una pregunta sobre sí mismo, se había vuelto el más ininteligible de los seres por donde circulaba sangre. Ella y el mar.
Solo podría haber un encuentro de sus misterios si uno se entregase al otro: la entrega entre dos mundos incongnoscibles realizada con la confianza con que se entregarían dos comprensiones.”

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